En Aragón hay lugares con nombres tan sugerentes como Ojos Negros, un pueblo de la comarca turolense del Jiloca.
Desde la carretera se ve su molino, que inmediatamente hace pensar en aquellos gigantes que imaginaba Don Quijote. Seguro que no podrás resistirte a parar el coche y subir la colina para verlo de cerca, porque es impresionante.