El gran menhir de Merli (Huesca)

Merli es un pequeño pueblo de la comarca de la Ribagorza que esconde un enorme tesoro: Tiene un auténtico menhir.

La palabra menhir procede del bretón (men=piedra, hir=larga) y define a los monumentos megalíticos formados por una piedra alargada clavada verticalmente en el suelo. O dicho de otra manera: Son los pedruscos que Obélix, el amigo de Astérix el Galo, solía llevar de un lado a otro.

Aunque no se sabe a ciencia cierta qué motivó la colocación de menhires en muchos lugares del mundo, parece haber unanimidad en que eran construcciones funerarias. Y algo especial deben de tener para haber llegado hasta nuestros días.

Merli está situado entre las cuencas del río Ésera, al oeste, y del Isábena al este y no cae de paso hacia ningún lugar turístico. Como decimos por aquí, a Merli hay que ir «de propio», pero sólo por ver el menhir ya merece la pena incluirlo en tu ruta por la Ribagorza.

Para llegar primero debes dirigirte a La Puebla de Roda y salir de la A-1605 en el desvío que también lleva a Eslodomada. Durante 10 km se va ganando altura entre campos de forrajeras y cereal cuyos verdes y dorados estivales se entremezclan con el monte hasta el final del trayecto.

Merli es pequeñito y no tardarás mucho en recorrerlo. El edificio que más destaca es la iglesia de San Antonio, que tiene algo en común con la catedral de Roda de Isábena.

También verás casonas con nombre propio como la Casa Coma y la Casa Turmo, con dibujos tallados y figuras en relieve en la fachada. Pero, sin duda, la principal razón para viajar hasta Merli es su impresionante menhir.

El menhir de Merli es una rareza, ya que en Aragón abundan mucho más los dólmenes, especialmente en la provincia de Huesca.

El camino hasta esta singular sagrada arranca justo antes de entrar al pueblo. Lo encontrarás enseguida porque la pista de tierra está señalizada por varios postes de madera y medio crucero de piedra.

Es un paseo sin dificultad y muy cortito porque sólo hay que caminar unos 400 m hasta su ubicación (cinco minutillos). Además el monolito se ve de lejos porque mide 6 metros de altura y destaca en el paisaje.

El acceso es libre pero el menhir está dentro de una parcela particular, así que lo mejor es verlo desde el camino. Pero si una vez allí eres incapaz de resistir la tentación de bajar a tocarlo, sé respetuos@ y no pisotees el terreno cultivado.

Se estima que el menhir de Merli tiene entre 5000 y 7000 años, así que imagínate cómo te sentirás tan cerca de una piedra con tanta historia. A mí me pareció un momento muy especial y la peque alucinó (prepárate para responder unas cuantas preguntas 😅).

Además está en una ruta geológica señalizada, así que puedes aprovechar para alargar un poco más el paseo. Si te fijas bien, seguro que ves algún fósil incrustado en las piedras que delimitan el camino.