Un joven Ernest Hemingway llegó a Pamplona por primera vez el 6 de julio de 1923. Era corresponsal en el extranjero del Toronto Star y viajó acompañado de Hadley Richardson, su primera mujer.
Hemingway pronto se enamoró del ambiente de la ciudad, de sus gentes y, cómo no, de los Sanfermines, que inspiraron su libro «The sun also rises« (Fiesta). A lo largo de su vida volvió a Pamplona en nueve ocasiones más y esta plaza, junto con el Café Iruña, estaba entre sus lugares favoritos.
Por eso no es de extrañar que el local se haya convertido en parada obligada para los amantes de la literatura. Pues además de seguir manteniendo el encanto de tiempos pasados, en su interior puedes tomar algo junto al escritor, convertido en una escultura de bronce a tamaño real.
Ricardo
Ciudad a descubrir. Muy recomendable si nunca has estado. Gracias!