Soria Romántica

Soria está llena de referencias a la vida y obra de Machado (1875-1939). Este profesor y poeta de la Generación del 98 llegó a la ciudad en 1907 y allí vivió, trabajó, se casó con la joven Leonor Izquierdo (1894-1912) y siguió desarrollando su obra literaria hasta 1912.

Todavía hoy es inevitable recorrer la ciudad sin detenerse en algunos de los lugares que marcaron la vida del escritor. Porque un siglo después de la muerte de Leonor, su recuerdo sigue muy vivo gracias a paseos tan llenos de romanticismo como estos:

A Antonio Machado le gustaba recorrer el camino que discurre paralelo al Duero y une el Monasterio templario de San Polo con San Saturio.

El murmullo del río, los colores de la vegetación y la calma del lugar sirvieron de inspiración al poeta, cuyas palabras grabadas en piedra también forman parte del paisaje.

Y por si la literatura no fuera suficiente para unir su nombre con este lugar, a la placeta de acceso a la ermita se la conoce como el «Rincón del Poeta Antonio Machado». Pero el mejor homenaje que se le puede rendir es susurrar sus versos al viento para que el Duero los escuche de nuevo.

En el corazón de Soria está la parroquia de Santa María la Mayor donde el escritor y Leonor se casaron en 1909. Aunque contaron con la aprobación de la familia, la ceremonia estuvo rodeada de polémica por la edad de los contrayentes, pues la novia sólo tenía quince años y él ya superaba la treintena.

Junto al portón de estilo románico nos espera la escultura de bronce de Leonor. La vemos con las manos apoyadas en una silla vacía que invita a sentarse al sol. Esta obra tiene una pareja que representa a Machado sentado junto al instituto que lleva su nombre (Plaza Vergel, 5) donde también hay un busto y una placa conmemorativa.

Ambas esculturas fueron creadas por Ricardo González a partir de una fotografía de su boda y están situadas en dos lugares muy significativos.

Muy cerca del instituto donde dio clases Machado estaba la pensión regentada por los padres de Leonor, en cuya fachada (calle Estudios, 7) hay una placa.

Otro lugar que no puede faltar en este recorrido es la Casa de los Poetas, que ocupa una planta del Círculo de la Amistad Numancia. Este antiguo casino alberga un original museo que rinde homenaje a los poetas que cantaron a Soria. La visita es muy recomendable y descubrirás que Bécquer no fue el único que se inspiró en estas tierras.

En 1911 Antonio y Leonor se trasladan a París, donde viven felices hasta julio, cuando Leonor es diagnosticada de tuberculosis. Entonces deciden regresar a Soria con la esperanza de que el clima castellano la haga mejorar y alquilan una casa cerca de la ermita de Nuestra Señora del Mirón.

El matrimonio solía caminar por los alrededores mientras soñaba con que Leonor recuperase las fuerzas y la salud… Pero no fue así.

Hoy en día un paseo arbolado conduce hasta la iglesia y unos metros más adelante está el Mirador de los Cuatro Vientos, donde el paisaje queda enmarcado por sus siluetas. Es un lugar agradable y tranquilo, con muy buenas vistas y bancos para sentarse a disfrutar del aire soriano.

Leonor Izquierdo fue enterrada en el cementerio municipal de Espino en 1912. Ocho días después, Antonio se despidió de Soria y abandonó la ciudad del Duero incapaz de seguir viviendo allí sin ella.

La tumba de Leonor es muy fácil de localizar. Hay paneles donde está indicada y el camino hasta ella está señalizado por unas flechas con su nombre. Pero antes de entrar al cementerio dedica unos minutos a la iglesia de Ntra. Señora del Espino y a contemplar el enorme Olmo Seco al que cantó Machado en sus versos.

El cementerio del Espino guarda una sorpresa relacionada con el matrimonio Machado-Izquierdo y es un buzón sintuado frente a la tumba de Leonor. Los visitantes podemos dejar allí las cartas, poemas o textos dedicados a la esposa del escritor, y si vas a Collioure (Francia), donde está enterrado Machado, encontrarás otro buzón.

Tras la muerte de Leonor, Antonio Machado se dirigió a Baeza (Jaén) y sólo volvió a Soria una vez más. Fue en 1932 para recibir el título de Hijo Adoptivo en un homenaje celebrado junto a la ermita de San Saturio, uno de sus lugares favoritos.

Y aunque al regresar no encontró la misma ciudad que había guardado en su memoria durante veinte años, siempre llevó a Soria en el corazón.

Ahora te toca a ti enamorarte de sus rincones llenos de historias y de la poesía de Machado. Tú decides dónde comienza el viaje.