Dónde disfrutar de la floración de almendros y cerezos en Aragón
La floración del almendro nos hace pensar en la primavera, aunque todavía falten unas semanas para que llegue oficialmente. Poco después es el cerezo el que luce sus delicadas flores y cada año son más las personas que se acercan al campo para disfrutar del espectáculo.
Y lo mejor es que no hace falta viajar hasta Japón o el Valle del Jerte para vivir esta bonita experiencia. Porque Aragón también es tierra de cerezos.
SOBRE LA FLORACIÓN
Desde final de enero ya podemos ver las primeras flores del almendro (Prunus amygdalus) y unas semanas más tarde, hacia mitad de marzo, los cerezos (Prunus avium) se tiñen de blanco y rosado.
Las fechas del principio de la floración no son exactas y pueden variar cada año. Sobre todo dependen de la climatología, en concreto de las horas de frío que los árboles van acumulando a lo largo del invierno. Cuando la suma de las horas con temperatura inferior a 7’2 ºC cubren los requerimientos de la planta, terminan su reposo invernal y florecen.
La cantidad de Horas Frío necesarias son diferentes para cada especie e incluso entre variedades. El almendro es una de las menos exigentes y ésta es la razón de que sea el frutal con la floración más temprana.
La floración tampoco se produce de manera uniforme en todos los árboles de una misma plantación, ya que también depende de aspectos como la altitud. Por ejemplo, los cerezos que están en zonas más bajas y cálidas lucen sus flores antes que los que están plantados a más altura.
Además, la duración de las floración también está condicionada por la incidencia de fenómenos meteorológicos como la lluvia o el viento. Suele prolongarse unos 10-15 días y, en el caso de los cerezos, su mejor momento es entre la segunda quincena de marzo y los primeros días de abril.
DÓNDE VIVIRLA
Hay rincones de la Hoya de Huesca donde las flores del almendro y más tarde del cerezo dan color a los campos.
No te puedes perder los alrededores de Ayerbe. Allí realizan una caminata temática con el sugerente nombre de «En la flor del Amendro» (suspendida en 2022). También te gustará acercarte a Bolea, cuya colegiata (s.XVI) destaca sobre el caserío, y a Loarre, con el castillo románico (s.XI) mejor conservado de Europa dominando el paisaje.
Para disfrutar de la floración de los almendros te recomiendo un tranquilo recorrido por las tierras del Moncayo. Desde las plantaciones del Campo de Borja hasta la llamada Cara Oculta, la delicada belleza de las flores evoca el color de la nieve que todavía pinta las cumbres.
Si buscas unir naturaleza e historia, acércate al yacimiento de La Oruña, que está rodeado por almendros viejos, algo salvajes, cuyas ramas han sido invadidas por el muérdago.
La zona del Matarraña es nuestra Toscana particular. Sus pueblos llenos de encanto, sus paisajes, la tranquilidad que se respira al recorrer sus carreteras… Y, por si todo esto no fuera suficiente, sus almendros en flor anunciando a gritos la llegada de la primavera.
¿Necesitas alguna razón más para descubrir los encantos de este rincón de Teruel?
La comarca de Valdejalón es parada obligada para disfrutar de la floración de los cerezos y otras especies como el melocotonero o el paraguayo.
Por poner algunos ejemplos, Ricla tiene numerosas plantaciones de cerezo que transforman el paisaje al llegar la primavera. Y La Almunia de Doña Godina cuenta con un recorrido señalizado por sus frutales en flor y además organiza un Paseo Hanami guiado que te encantará.
Otros lugares de Aragón donde la floración de los cerezos se convierte en un gran espectáculo son los pueblos de las Cinco Villas, Belchite, Morata de Jalón, El Frasno (Zaragoza) o Albalate del Arzobispo (Teruel).
Seguro que vayas donde vayas conseguirás sentir el latido de la primavera. Pero recuerda que el campo no siempre es de todos, así que cuida la naturaleza y respeta la propiedad privada. 😉