Tella es la capital del municipio de Tella-Sin, en la provincia de Huesca, y está situada entre los valles de Pineta y Chistau. La naturaleza que rodea al pueblo invita a caminar, a explorar cuevas, a mirar las plantas con otros ojos y a conectar con el pasado.

Porque estamos en la comarca del Sobrarbe, tierra de brujas, de leyendas, de supersticiones… Y también de historia, pues hay evidencias de que la zona ha estado poblada desde el Neolítico.

El paseo por Tella comienza en la Casa del Molino, ahora Centro de Visitantes y punto de información turística. Justo enfrente está la iglesia de San Martín (s.XVI) con su torre campanario destacando sobre el caserío.

Al bajar la calle te esperan sus casas de piedra, en cuyas fachadas y tejados encontrarás detalles que seguro llamarán tu atención.

Este museo sobre la brujería ocupa la antigua Casa de la Maestra, un edificio de tres plantas que se puede visitar de forma gratuita.

La planta baja está más orientada al público infantil, pues vemos a la bruja rodeada de todo lo necesario para preparar sus pócimas. El resto del museo consiste en leer los paneles informativos y ver dos audiovisuales, uno dedicado a la superstición en el Pirineo y otro más centrado en la etnobotánica y el uso popular de las plantas.

Antes de llegar al pueblo a mano izquierda encontrarás el Dolmen de Tella. También es conocido como Losa la Campa, y aunque se sabe que era un sepulcro del Neolítico, en Tella estaba asociado con los aquelarres de brujas.

Para continuar la ruta y ver el siguiente dolmen, debes seguir la señal y caminar unos 2km. Aunque si vas con peques y no tenéis pensado completar el recorrido, te aconsejo que se queden con la imagen del primero. Es más grande y está más accesible.

Un recorrido circular arranca junto a la iglesia y nos lleva a descubrir paisajes y panorámicas capaces de hechizar a cualquiera.

Paso a paso llegamos hasta las tres ermitas de Tella: la de los santos Juan y Pablo, la románica de Fajanillas y la de la Virgen de la Peña. Todas ellas construidas cerca del llamado Puntón de las Brujas.

Entrar en la cueva del oso cavernario es una auténtica aventura que termina en el yacimiento de la cueva de Coro Trásito, donde vivieron nuestros antepasados prehistóricos.

Pero antes de ponerte el casco y encender el frontal para adentrarte en los dominios de este gran animal, hay que pasar por el Museo del Oso de Tella, que es el punto de partida.

Con un poco de organización puedes hacer todo esto en un mismo día (sí, también con peques). También tienes la opción de hacer senderismo, así que elige el plan que más te guste y disfruta de las distintas caras de Tella.

Al menos hasta que empieces a ver gatos por las calles, a pensar en brujas y a recordar este refrán que ha pervivido en el tiempo: «Tella, Dios nos guarde de ella».

¡Feliz excursión!