El Lagunazo de Moncayuelo está rodeado de una frondosa vegetación que contrasta con el paisaje que hemos dejado atrás.
Nada más llegar verás unos grandes pinos que dan sombra al merendero y muy cerquita está la zona de juego infantil. Aquí el acochado del suelo lo pone la hierba y los elementos de juego son algo vintage, así que causaron sensación entre l@s peques.
Precisamente el sendero de tierra que rodea el lago arranca casi enfrente del parque infantil. El recorrido carece de dificultad técnica y es una ruta circular con una duración aproximada de 1 hora.
Cuando paseas con niños, lo de observar aves se complica un poco porque cuesta que estén quietos y callados más de tres minutos seguidos. Pero prestando un poco de atención escucharéis un montón de sonidos y trinos diferentes y, con un poco de suerte (y de paciencia), veréis algún pato zambulléndose a por peces o desapareciendo en el carrizal.
A l@s peques les encantó ver a los patitos nadando en fila siguiendo a su madre y a todos nos sorprendió la cantidad de aves distintas que vimos y escuchamos.
Y aunque a primera vista da la impresión de que el área recreativa ha vivido tiempos mejores, el lugar es bonito, las mesas tienen sombra y se estaba muy bien junto al Lagunazo.