Cerca de Chodes y Morata de Jalón está el paraje de Las Torcas, un bonito rincón natural de la comarca de Valdejalón.
Hacía muchos años que no pasaba por allí y me sorprendió lo distinto que era todo a como lo recordaba.
Bueno, todo no, porque sigue siendo un destino muy popular entre los aficionados a la escalada. Si te gusta este deporte, en Las Torcas hay vías de diferente dificultad, pero también puedes pasar un día estupendo sin necesidad de subirte por las paredes.
Para llegar a Las Torcas hay que cruzar Morata de Jalón y seguir hasta Chodes. Una vez allí, y antes de entrar en su curiosa plaza, verás una señal a mano derecha que indica la zona de escalada.
Está a unos dos kilómetros del pueblo, así que se puede llegar caminando. Pero si vas con peques o muy cargado, lo mejor es aparcar lo más cerca posible.
Las Torcas son el resultado del paso del tiempo más los efectos de la erosión. En este lugar de Aragón, una torca no es una dolina, sino un saliente rocoso que destaca sobre el resto del relieve.
Y eso es precisamente lo primero que llama la atención al bajar del coche: El paisaje.
El río Jalón fluyendo hacia Ricla, la vegetación, las paredes rocosas como telón de fondo y alguna que otra sorpresa que descubrirás al recorrer cada camino.
Un meandro es una curva que forma el río durante su recorrido. Suelen ser más frecuentes en el curso medio y bajo, coincidiendo con su paso por terrenos más bien llanos, y en Aragón también se les llama galachos.
Muy cerquita del aparcamiento y de la foodtruck Los Olivos, está el Meandro de Chodes. El camino, que cruza la curiosa terracita del bar, discurre paralelo al Jalón y permite verlo en varios puntos.
Si continúas por el sendero estarás en el bosque de ribera siguiendo la ruta ambiental de los desfiladeros del Jalón. Por eso hay paneles cada pocos metros con información sobre la vegetación.
Este paseo te llevará hasta el otro lado del túnel de tren que has visto antes. Si lo cruzaras llegarías directamente a la zona del bar, pero no te recomiendo hacerlo por motivos obvios.
No te puedes perder el Puente Roca porque es un lugar especial. Está bien señalizado y se llega enseguida, pero primero debes cruzar el Jalón por el puente que hay junto al aparcamiento.
En esta orilla del río el paisaje es un poco diferente, porque también se ven algunos frutales. Pero el relieve y las formaciones geológicas siguen siendo las protagonistas.
Además, si tienes un poco de suerte quizás coincidas con algún escalador en acción.
Como en todo, lo importante es divertirse, pero con seguridad. Así que, si has previsto escalar con peques, debes tener el equipamiento adecuado para su edad y tamaño, sobre todo casco, arnés y pies de gato.
Además hay que elegir bien la vía, que tenga un grado de dificultad adecuado para principiantes. Claro que eso sólo lo sabe alguien que ya tiene experiencia.
Si te pasa como a mí y no has escalado en la vida, tienes dos opciones. La primera es acudir a una escuela de escalada y la otra es tener amigos que practiquen este deporte y sepan lo que hacen.
Antes de empezar es importante familiarizarse con el material, aprender a usar los mosquetones, practicar a hacer nudos con las cuerdas, calentar un poco el cuerpo…
Cuando llegue el turno de l@s peques, hay que conseguir que se sientan seguros y confíen en sí mismos en todo momento. Si no quieren seguir subiendo por la razón que sea, no insistas, y si quieren continuar hasta arriba, que lo intenten. Deja que pongan sus propios límites.
Eso sí, no olvides enseñarles a bajar correctamente antes de que hayan subido demasiado alto. Y antes de que se cansen de ver escalar a otros y se vayan a jugar, que colaboren recogiendo el material que han usado. 😉
24 noviembre 2023
