El departamento de Tarn, cuya capital es Albi, se encuentra en la región de Occitania, en el sur de Francia, y debe su nombre al río Tarn, que fluye hacia el suroeste hasta desembocar en el Garona cerca de la ciudad de Moissac.
El departamento de Tarn, cuya capital es Albi, se encuentra en la región de Occitania, en el sur de Francia, y debe su nombre al río Tarn, que fluye hacia el suroeste hasta desembocar en el Garona cerca de la ciudad de Moissac.
Es imposible entender el Tarn sin hablar del País de la Cucaña o Cocagne en francés, que era el sobrenombre del triángulo comprendido entre Albi, Toulouse y Carcassone. Allí se cultivaba la planta del pastel, de cuyas hojas se extraía un tinte color azul muy apreciado en toda Europa.
En torno a su comercio se desarrolló una importante industria que generó grandes riquezas en esta zona hasta mitad del siglo XVI, cuando el tinte azul índigo llegó desde la India. Para descubrir su historia y el proceso de producción puedes visitar el Museo del Pastel en Magrin.
Otra actividad relevante en el Tarn fue la producción de palomina o excrementos de paloma que se utilizaban como fertilizante para los cultivos. Al contrario que en las regiones del norte de Francia, donde sólo los grandes terratenientes tenían derecho a palomar, en el sur cualquiera podía tener uno. De ahí que hoy en día existan cerca de 1700 construidos con diferentes estilos arquitectónicos y repartidos por todo el departamento tarnés.
Visitando sus pueblos y ciudades como Albi, podrás descubrir los secretos mejor guardados del Tarn y conocer rincones llenos de encanto que invitan a olvidarse el reloj y disfrutar sin prisa de los pequeños placeres de la vida.
Lautrec es uno de los 4 municipios del departamento del Tarn incluidos en la lista de Les Plus Beaux Villages de France (pueblos más bonitos de Francia). Solo por eso merece la pena pasear por sus calles medievales y seguir la escalinata de piedra que lleva hasta el viejo molino de viento.
Famosa por figurar entre los viñedos más antiguos de Francia, Gaillac prosperó gracias al comercio del vino que potenciaron los monjes instalados en la abadía de Saint-Michel, uno de sus monumentos más destacados.
Desde 2017 y durante los meses de diciembre y enero, Gaillac celebra el Festival des Lanternes, una espectacular muestra de esculturas luminosas inspiradas en los tradicionales faroles chinos.
A 28 km al sureste de Magrin se encuentra Sorèze, una población con mucha historia que es perfecta para perderse y descubrir rincones con mucho encanto.
Acércate al campanario de San Martín, descubre la Abadía-escuela-museo Dom Robert o entra en alguna de sus tiendas de artesanía.
Sus coloridas casitas a orillas del río Agoût recuerdan la importancia que tuvo el río en la Edad Media y conforman una imagen de postal de esta ciudad donde puede visitarse un museo con obras del aragonés Francisco de Goya.
Situada a media hora de Castres y a 15 minutos de la meseta granítica de Sidobre, Brassac invita a disfrutar de la naturaleza: Recorrer sus senderos a pie, a caballo o en bici, practicar kayak o pescar truchas en el río Agout, son sólo algunas de las cosas que puedes hacer antes de degustar las especialidades locales.
Con un rico patrimonio cultural, la imagen de su puente del siglo XII se queda grabada en la retina.
Lisle-sur-Tarn es el ejemplo perfecto para descubrir la arquitectura de las bastidas, que eran las ciudades fortificadas construidas durante el siglo XIII en Aquitania y Occitania diseñadas para proteger su actividad comercial.
No te pierdas la gran plaza porticada con la fuente de Griffoul, sobre todo si vas en domingo, que es cuando se celebra el mercado.
Acércate al río para disfrutar de las vistas de la ciudad, disfruta del mercado de los sábados en el casco antiguo y durante los meses de julio y agosto puedes bañarte en su “playa”.
Situado en un pintoresco emplazamiento junto a un meandro del río Tarn y rodeado de bosques, es el lugar perfecto para olvidarse unas horas del reloj.
Con la catedral gótica de Saint-Alain, Lavaur está considerada ciudad histórica del Pays de Cocagne.
Recorriendo el núcleo urbano puedes encontrar un palomar que está incluido en un circuito turístico de Le Route des Pigeonniers o Ruta de los Palomares y los sábados se celebra un animado mercado al aire libre con alimentos frescos, artesanía y productos típicos de la zona.
Saint-Sulpice-la-Pointe es una bastida del siglo XIII y está situada a 30 km de Toulouse y de Albi. La imponente iglesia fortificada y las ruinas del Château du Castela, que esconden una interesante historia con pasadizo subterráneo incluido, son los monumentos más importantes de esta localidad.
Graulhet prosperó gracias al pastel y se convirtió en la capital mundial del cuero en el siglo XVII. Al lado de la iglesia de Notre Dame se encuentra la Hostellerie du Lyon d’Or, un edificio de gran interés histórico, y siguiendo la Grand Rue llegarás hasta los Puentes Viejo y Nuevo, sobre los que podemos asomarnos al río Dadou.
Fundada durante la cruzada contra los cátaros en el siglo XIII, fue la primera bastida construida y su objetivo era proteger a los ciudadanos, sobre todo a los comerciantes y artesanos que la hicieron rica y próspera.
Estratégicamente situada, varias murallas protegen sus calles que trepan tortuosas y empinadas por la colina hasta llegar al corazón de uno de los pueblos con más encanto del sur de Francia.
Dominado por las ruinas de su castillo, este pequeño pueblo emana tranquilidad y se alza vigilante sobre las cercanas gargantas del río Aveyron.
Este pueblo medieval fortificado que parece emerger del bosque es otro de los cuatro Plus Beaux Villages de France que encontraremos en el departamento de Tarn.
Pasear por esta bastida te transporta a la Edad Media, sobre todo cuando llegas a la Place des Arcades, y además es otro de los pueblos más bonitos de Francia.
14 agosto 2020