Nosotros no completamos la ruta botánica, que también pasa junto a una cueva y alcanza el Pico de San Cristóbal (743m), pero vimos varios paneles del principio y del final sin alejarnos demasiado del convento. Algunos están en buen estado, aunque los más expuestos a las inclemencias meteorológicas están bastante estropeados.
Nos pareció un recorrido muy interesante, ya que puedes aprender a reconocer in situ muchas plantas típicas de la zona, y además hacerlo en un paraje de gran belleza e importancia histórica.
De vuelta al convento, tras una pared encontrarás una fuente de la que siempre mana agua. Justo enfrente hay una gran higuera, pero cuidado por ahí con l@s peques, porque el suelo donde crece no está al mismo nivel que el sendero y la hierba os puede jugar una mala pasada.
Para dar por terminada esta excursión al Convento de San Cristóbal de Alpartir, solo tienes que desandar el camino hecho y regresar al punto de partida.
Y si te has quedado con ganas de más, puedes conducir hasta el pueblo para verlo e incluso acercarte hasta las minas de cobre y plata, que también es un recorrido fácil de hacer con niñ@s.
Pero esa historia la dejo para otra ocasión. 😉