El camino de tierra que lleva hasta el Aguallueve arranca muy cerquita de la Oficina de Turismo. Apenas tiene desnivel y solo tardarás unos 45-50 minutos (a paso de niñ@) en completar la ruta circular.
El paseo comienza entre campos de cultivo y enseguida se adentra en un frondoso bosque. A lo largo del recorrido pasarás junto a un peirón de la Virgen del Pilar y la señal que indica la subida al torreón celtíbero.
Seguimos sin desviarnos y un poco más adelante hay un pequeño estanque con una casita para patos, ya muy cerca de la preciosa balsa que forma el Aguallueve.
Lo que más sorprende es el color del agua, donde se reflejan los árboles que rodean el estanque. Además, está súper limpia y se aprovecha desde la antigüedad para regar las huertas anentinas.
Justo delante verás una pared rocosa cubierta de musgo, helechos y otras plantas por las que gotea el agua procedente de los acuíferos cercanos. Éso es el Aguallueve. Con el paso del tiempo, se han ido formando oquedades y pequeñas cuevas en la piedra caliza, haciendo del Aguallueve un rincón natural de lo más pintoresco.
En el segundo tramo del camino encontrarás unas mesas donde sentarte a disfrutar del paisaje, una fuente y, casi llegando a Anento, las escaleras que llevan al castillo.
-El baño en el Aguallueve está totalmente prohibido.
-Si vas con un bebé, te resultará más fácil moverte con una mochila u otro tipo de porteo que recorrer el camino con el carrito. Y aunque vimos una pareja que se había aventurado a hacerlo, no es lo más recomendable.
Ana
Está genial, Victoria, no te has dejado ningún detalle, a ver cuándo podemos retomar estas excursiones, que tanto gustan y disfrutan nuestros peques.
Mª.Victoria B.L.
¡Gracias! Esperemos que sea pronto, que lo pasan muy bien haciendo cosas juntos.