La Cueva del Gato está al oeste de Épila, entre el Santuario de Rodanas y la carretera A-121 que une Ricla con Fuendejalón.
Su nombre está relacionado con un gato aventurero que se adentró en ella en busca de alimento y cobijo. Según se cuenta, el animal consiguió atravesarla y apareció nada menos que en Ricla. ¡Menuda sorpresa se llevaría su dueño al enterarse!
La Cueva del Gato está señalizada y la visita es libre. Desde la carretera, un camino de tierra llega prácticamente hasta la entrada, así que puedes dejar el coche muy cerca y sólo tienes que andar unos minutos.
Eso sí, aunque en esta cueva la curiosidad no mató al gato, siempre hay que tener ciertas precauciones, sobre todo si vas con niños. Y a no ser que te acompañe un amigo espeleólogo bien equipado o seas un gato con sentido de la orientación, no te arriesgues a explorarla por tu cuenta.