La Era de Vicén no es un museo cualquiera. Su marcado caractér etnológico convive en armonía con una impresionante colección de maquetas y la visita supera con creces las expectativas.
Además, tener a Vicente Ballarín, su promotor y propietario, como guía y comentarista enriquece todavía más la experiencia.
Y por si eso fuera poco, La Era de Vicén está en Roda de Isábena, uno de los pueblos más bonitos de España que tenemos en Aragón. ¿Necesitas más razones para ir a conocerlo?
Como no podía ser de otra manera, el recorrido por el museo comienza en la era. Allí es donde Vicente nos explica las particularidades del edificio que, con sus dos siglos de antigüedad, es un tesoro en sí mismo.
Aunque la vivienda fue restaurada, todavía conserva la estructura de madera en tijera que fue típica de la zona. De hecho, hasta hace unas décadas la mayoría de las casas de los pueblos de la Ribagorza tenían un aspecto similar, incluyendo una era más o menos grande.
En ese terreno, que generalmente tenía forma circular y estaba empedrado, se realizaba la trilla de los cereales y se aventaba la mies para separar el grano de la paja. Hay que tener en cuenta que el cultivo del cereal siempre ha tenido gran importancia en la comarca y las casas se adaptaron a las necesidades derivadas del trabajo.
La vivienda familiar de los Ballarín, donde se ubica este museo, es un ejemplo perfecto de arquitectura tradicional ribagorzana. Alrededor de la era ya podemos ver distintos aperos agrícolas y hasta una prensa de vino.
Después pasamos a la planta baja, donde se expone una interesante y variopinta colección que nos hace viajar en el tiempo. Hay utensilios que formaban parte del día a día de nuestros abuelos, objetos centenarios que pertenecieron a la familia Ballarín, reliquias que siguen sorprendiendo por su ingenioso diseño…
La mayoría son piezas de los siglos XVIII y XIX, y muchas despertarán tu curiosidad, así que no dudes en preguntar a Vicente por ellas.
Después de pasar un buen rato entre los objetos de la exposición etnológica, subimos a la Sala del Agua. Aquí los protagonistas son los barcos y el mundo de la navegación, pues hay unas 100 maquetas, resultado de la mayor afición de Vicente a lo largo de su vida.
Son barcos a vapor, carabelas, galeras, cruceros, barcos vikingos, chinos… ¡De todo! Además hay maquetas de navíos con nombre propio, como el Juan Sebastián Elcano o el mítico Titanic.
La siguiente estancia es la Sala del Aire, que cuenta con una colección de 400 aviones que van desde los inicios de la aviación hasta la Guerra de las Malvinas.
Todos fueron realizados por Antonio Lozano Verdaguer, amigo de Vicente, quien los cedió para que formaran parte del museo.
En estas dos salas también se pueden ver nudos marineros y otros objetos relacionados con la navegación, enseres traídos de Marruecos, antiguas máquinas de escribir, cestos de mimbre…
Resulta curioso que, a pesar de lo heterogeneidad del contenido del museo, todo parece estar en armonía. Y todo gracias al entusiasmo y la dedicación de Vicente, que ha sabido unir su amor por Roda de Isábena, su pueblo natal, y acercar el modelismo a todos los públicos.
Es muy posible que esta colección de maquetas tuviera reconocimiento a nivel internacional si estuviera en una gran ciudad. Pero su ubicación es un valor añadido más y cuesta imaginarla en cualquier otro lugar.
Lo que está claro es que La Era de Vicén es un museo único y sorprendente, y una visita obligada si pasas por este precioso rincón de la provincia de Huesca.
18 agosto 2022
