Mina de Alpartir y Senda de la Reguera

Un paseo que nos gusta mucho es el que va de Alpartir, en la comarca de Valdejalón, hasta sus antiguas minas de plata. Es una excursión adecuada para todas las edades que puede hacerse en cualquier época del año y además es cortita.

El camino arranca en la parte alta del pueblo, donde se puede dejar el coche o seguir conduciendo hasta la misma entrada de la mina. Pero como se trata de disfrutar del paisaje y del entorno rural, recomiendo aparcar en la carretera, junto al cauce del río, y aprovechar para descubrir los rincones más singulares de Alpartir.

Dejando Alpartir a nuestra espalda vamos avanzando hacia las estribaciones de la Sierra de Algairén. En apenas quince minutos se llega a una bifurcación que indica el Valle de Tiernas, un bonito paraje con distintas rutas para hacer a pie o en bicicleta.

En ese punto hay varios postes direccionales donde está indicada la mina, que se encuentra unos 300 metros más adelante.

A la derecha del camino verás un panel informativo con un breve resumen de la actividad minera en Alpartir, que se remonta a tiempos de los romanos. Tuvo un importante repunte a mitad del siglo XIX y llegó a haber dos minas en la localidad: La Bilbilitana y La Colosal Platífera. Sin embargo, la escasez de mineral unida a problemas técnicos y de gestión provocaron su cierre y fueron abandonadas.

Lo primero que verás es un túnel que servía para desviar las aguas que bajaban por el barranco de la Tejera. Esto era necesario porque la extacción del mineral se realizaba mediante galerías, no en explotaciones al aire libre, lo que hace que la mina de Alpartir sea un caso especial en la comarca de Valdejalón.

Quizá te den ganas de aventurarte por el túnel pero no es prudente hacerlo. Todo lo que queda del complejo está en ruinas y además se ve perfectamente desde la entrada.

Unos metros más adelante, en la ladera del Cerro Mosén, se ven los restos de una estructura con forma cilíndrica. Era el baritel o malacate de la mina y en un principio su maquinaria estaba tirada por caballería, aunque posteriormente se mecanizó.

En el centro del edificio hay un pozo que servía para la subida y bajada de material y personas. Suele estar cubierto de zarzas y malas hierbas que impiden ver el agujero, así que hay que tener especial cuidado.

Apenas queda nada del resto de construcciones de La Bilbilitana pero exisitó un edificio anexo al baritel, oficinas, almacenes, una sala para procesar el material que se obtenía… Actualmente sigue siendo posible ver la entrada a varias galerías, aunque están bien cerradas y cuesta distinguirlas entre la vegetación.

Para dar por finalizada la excursión solo tienes que desandar el camino para volver a Alpartir. Pero si quieres disfrutar del entorno un poco más, puedes alargar el paseo hacia el Valle de Tiernas y regresar siguiendo la Senda de la Reguera.

Si te apetece convertir este paseo en una ruta circular, solo tienes que volver hasta la bifurcación y desviarte hacia el Valle de Tiernas. En apenas cinco minutos caminando desde aquí llegarás al comienzo de la Senda de la Reguera, a la que se accede subiendo unos escalones de piedra.

Al ser una senda no es tan cómoda de recorrer como el camino asfaltado, pero tampoco entraña ninguna dificultad. Y aunque tiene la ventaja de que no pueden pasar coches, es posible que te adelante alguna bicicleta de montaña.

La Senda de la Reguera no tiene pérdida y conduce directamente de vuelta a Alpartir.

A nivel paisajístico es un paseo interesante, pues pasarás junto a campos de almendros y otros frutales que alegran la vista en primavera con su floración. Además, la vegetación silvestre da sombra y una mayor sensación de frescor en verano.

Y si tienes suerte, puede que incluso veas alguna cabra bajando por los montes cercanos.