Probablemente, lo primero que harás al entrar en el Museo del Juego será levantar la vista hacia el techo. Lo segundo, comprar la entrada, ya que la taquilla está en el interior del edificio.
Como verás, la nave central del antiguo convento la ocupa un entramado metálico con paneles, pantallas informativas y vitrinas expositoras que ayudan a delimitar el espacio y las distintas temáticas.
El recorrido comienza junto a un enorme trompo que tus peques harán girar sí o sí. A partir de ahí, te irás encontrando con juguetes que sorprenden por su diseño simple e ingenioso.
Canicas, tabas, chapas… Hay mucho en lo que fijarse, así que no tengas prisa, porque no todos son tan fáciles de reconocer. 😉
A continuación, verás objetos relacionados con juegos de puntería, de lucha, de pelota e incluso con animales, y destaca la gran variedad de juegos de bolos, que tuvieron un importante papel en la vida social de las mujeres rurales.
Nuestro recorrido terminó con un audiovisual, aunque es posible que tus hij@s prefieran pasar ese rato jugando con la rana maragata o el billar holandés que hay frente al mostrador de recepción (consulta primero para cumplir con el protocolo anti Covid del museo en el momento de tu visita).
Después de un par de partidas, seguro que los juguetes que acaban de ver les parecen todavía más interesantes.
Además de los juegos y deportes tradicionales, en El Fuerte también se guardan los gigantes y cabezudos de La Almunia, una tradición tan arraigada en la localidad que incluso existe una Asociación Gigantera. De hecho, la comparsa tradicional (formada por dos parejas de reyes y 6 cabezudos) ha ido creciendo en los últimos años con nuevas figuras realizadas por jóvenes del pueblo.
El día que visitamos el museo, tuvimos la suerte de ver uno de los gigantes sin vestir. L@s peques alucinaron viendo el armazón por un lado y el resto de las partes por otro, y tras un rato corriendo por el jardín, volvieron a casa deseando repetir la experiencia.
Para completar tu visita y conocer los edificios históricos más destacados de La Almunia de Doña Godina, la mejor opción con peques es seguir la Ruta de Juan Altamiras.
Es un paseo cortito por el casco antiguo que comienza en el claustro del Convento de San Lorenzo (en el lateral del museo) y termina en el Palacio de San Juan, otro de los edificios más emblemáticos de este pueblo con sabor a fruta.
Si te has quedado con ganas de visitar este Museo del Juego y el lugar donde vivió el Ferrán Adriá del siglo XVIII, sólo tienes que venir a La Almunia.
Olga
Fabuloso post dando a conocer el pueblo de la almunia, gracias.
Mª.Victoria B.L.
Me alegra que te haya gustado. Un saludo.