Nigüella y su merendero

Quizás hayas oído hablar de Nigüella y su merendero, que está situado a orillas del río Isuela. Para los habitantes del pueblo es un lugar asociado a fiestas y celebraciones varias, como el concurso de ranchos que organizan cada primavera.

Y a los visitantes nos ofrece tranquilos paseos y un entorno natural que se puede disfrutar en cualquier época del año.

Nigüella es un pueblo pequeño y sencillo. Lo primero que verás al llegar será la ermita dedicada a San Vicente Ferrer, situada sobre una loma junto al acceso a la localidad. Enseguida te darás cuenta de que las calles son empinadas y serpentean como si quieran adaptarse al terreno.

Después de conocer el pueblo y tomar algo en el bar, tienes que bajar al parque del río Isuela, que es uno de sus principales atractivos. Aunque está cerca, lo mejor es coger el coche (hay que salvar un buen desnivel), especialmente si vas de picnic.

Una vez junto al puente, mira hacia las casas y verás una singularidad que no se aprecia desde la carretera: Están prácticamente colgadas sobre el barranco.

Pero hay otra razón para ver el Isuela a su paso por Nigüella, y es que fluye junto a un merendero fantástico. Allí encontrarás grandes mesas (algunas son ruedas de molinos) con sus bancos de piedra, zonas habitilitadas para hacer barbacoa (también una cubierta), fuentes, columpios para l@s peques…

Por no hablar de la belleza del entorno natural. Es un lugar tan tranquilo que, mientras los niños están comiendo, sólo se escuchan pájaros y el relajante rumor del viento entre las hojas.

Si cruzas el puente que hay junto al merendero verás perfectamente las casas «colgadas». Tras pasar por un azud, el río en esa zona baja tranquilo y se puede acceder con facilidad para hasta el agua.

Un poco más adelante está el antiguo lavadero, donde también podrás sentarte a comer si quieres estar más cerca del Isuela.