Paseando por Paniza podrás ver edificios renacentistas con arcos de medio punto bajo aleros de madera, detalles en forja y puertas y ventanas tan desgastadas por el tiempo que dan ganas de tocarlas.
Si te apetece conocer los alrededores, muy cerca del centro del pueblo y siguiendo la calle Mayor, está la ermita de San Gregorio. Junto a ella arranca un camino asfaltado convertido en una ruta ambiental de unos 7 kilómetros que gustará a toda la familia.
Algo más alejada está la ermita de Santa Quiteria, cuya fachada blanca con espadaña destaca sobre una colina. Desde allí hay muy buenas vistas del pueblo, pero si quieres asomarte al mejor mirador de los alrededores, acércate al santuario de la Virgen del Águila.
Está a unos seis kilómetros de Paniza, y aunque construcción original del siglo XVI fue destruida durante la Guerra de la Independencia, se reconstruyó poco después. Un consejo: Si vas en invierno, abrígate bien.
Si buscas una lectura para completar tu visita a este rincón de la provinica de Zaragoza, no se me ocurre nada más apropiado que alguna obra de Ildefonso Manuel Gil. Nacido en Paniza en enero de 1912, fue un destacado poeta de la Generación del 36, y tras exiliarse dio clases de Literatura Española en la Universidad de Nueva York.
Pero si lo tuyo son las ciencias, quizás te resulte más familiar el nombre de Gregorio Ramón Cebrián, científico panicero que trabajó en el campo de la farmacología y colaboró con la estación espacial MIR.
Ahí es nada.
Olga
Precioso el artículo!
Mª.Victoria B.L.
¡Muchas gracias!