Hay una puerta azul en Bruselas que guarda los sueños de niños y niñas de varias generaciones. Es un lugar curioso donde miles de juguetes te hacen viajar en el tiempo y que, tras 30 años en su actual ubicación, sigue creciendo gracias a donaciones y nuevas adquisiciones.
En el museo hay de todo: Muñecas, caballitos de madera, soldados de plomo, peluches, casitas, juegos de habilidad, coches… Algunos (los más antiguos o valiosos, supongo) están protegidos por vitrinas, pero en este museo también puedes tocar y jugar.
A mí me pareció un lugar muy especial, quizás porque tiene ese aire a librería de viejo donde puedes encontrar cualquier tesoro.