El puente de piedra da acceso a la población y conduce directamente a la capilla de San Lorenzo. En esta construcción destaca la espadaña, que está ocupada por una única campana, y la puerta, enmarcada por un arco con sillares. Casi al lado encontramos el antiguo horno de pan y el lavadero, que está protegido de forma natural por la pared rocosa.
Junto a la carretera, al otro lado del río, estuvo el molino, que fue reconvertido en una pequeña central eléctrica. Reconocerás el edificio porque en el dintel de la puerta hay una cruz grabada en la piedra.
Se puede bajar fácilmente hasta el Isábena por una escalera que arranca junto a la carretera. Una vez allí es muy fácil olvidarse del mundo para disfrutar del paisaje con el puente como telón de fondo.
Además, mojarte los pies en el río será el final perfecto para tus paseos por el entorno de Serraduy, sobre todo en verano.
Ricardo
Muy «apetecible» perderse por esas calles que comentas.
Mª.Victoria B.L.
Es un pueblo tranquilo y merece la pena terminar el paseo junto al río.