Soria en familia

Para toda una generación, ir a Soria y tararear la canción de Gabinete Caligari es inevitable. Así comenzó nuestro viaje aquel febrero de 2020, cuando no imaginábamos cuánto podía cambiarnos la vida un virus.

Pero volvamos a Soria, una ciudad cómoda para ver con niñ@s de cualquier edad, en la que resulta muy fácil encontrar actividades que les gusten en un entorno donde la naturaleza, la literatura y la historia caminan de la mano.

Como verás, la mayoría de los planes que te propongo son al aire libre, y harán que vuestra visita a Soria en familia sea inolvidable:

Más conocido como “La Dehesa”, es la mayor zona verde del centro de la ciudad y uno de los parques públicos más antiguos de Europa, con espacio para correr, área de juego infantil, bares y hasta una ermita. A tus hij@s les encantará descubrir a sus habitantes más especiales: unas pequeñas ardillas rojas (Sciurus vulgaris) que corretean entre los árboles.

En La Dehesa hay más de 120 especies de árboles y arbustos, podrás pasear por una bonita rosaleda y ver el Árbol de la Música, un castaño de indias que desde 1988 ocupa el lugar que dejó un viejo olmo que fue plantado en ese lugar doscientos años.

En Soria se respira poesía, y este pequeño museo está dedicado a tres importantes poetas vinculados con esta ciudad: Gustavo Adolfo Bécquer, Antonio Machado y Gerardo Diego.

Para visitarlo tienes que comprar las entradas en el casino Círculo Amistad Numancia (calle El Collado, 23), ya que está ubicado en la tercera planta de este edificio (hay ascensor). La visita es libre y al ser todo muy interactivo resulta divertido hasta para l@s más pequeñ@s de la familia.

La margen izquierda del río Duero a su paso por Soria está declarada Bien de Interés Cultural ya que, además de la ermita de San Saturio, congrega monumentos tan emblemáticos como los monasterios de San Polo y San Juan de Duero.

Si quieres tener una perspectiva diferente del río, sube hasta la Ermita de Nuestra Señora del Mirón (hay un parque infantil al lado) y camina hasta el Mirador de los Cuatro Vientos, un lugar que hace honor a su nombre.

Y para disfrutar de las riberas, puedes seguir las Rutas de Valhondo o la de Santa Ana, que es más corta, acercarte al Paraje Natural Soto Playa o al Paseo San Prudencio, donde hay diferentes esculturas y zonas de juego para niñ@s.

Esta ermita barroca parece surgir de la misma roca y a tus hij@s les encantará explorar su interior. Está dedicada al patrón de Soria, que fue un noble que repartió su riqueza entre los pobres y se fue a vivir a unas cuevas junto al río, y la visita es gratuita.

Si llevas carrito de bebé, hay un pequeño espacio en la entrada para dejarlos.

Después, baja hasta el puente que cruza el Duero, porque la imagen de San Saturio reflejada en las aguas del río será una de las postales de Soria que se quedarán grabadas en vuestra retina durante mucho tiempo.

Gerardo Diego tomando café en la céntrica calle El Collado. La cabeza de la Plaza de las Mujeres (antes de San Esteban). El enorme esqueleto de un templario dedicado a Bécquer. Los ilustres sorianos de la fachada de la Diputación Provincial. Leonor Izquierdo y Antonio Machado en sus sillas. Una ardilla que no puede trepar a los árboles de La Dehesa… Son ejemplos de las esculturas que podrás encontrar paseando por Soria.

El yacimiento arqueológico de Numancia es una parada imprescindible para entender una parte de la historia de España, ya que es todo un símbolo de resistencia contra la invasión romana.

Para llegar debes ir a Garray, un municipio a 7 km de Soria, y seguir la señalización hasta el Cerro de la Muela, donde se ubica este lugar tan emblemático.

La visita guiada es muy completa e interesante y te la recomiendo independientemente de la edad que tengan tus hij@s, porque seguro que les encanta entrar en una casa celtíbera y descubrir cómo fue la vida en Numancia.

Muy tranquilo y sombreado en lo alto de un cerro, en este parque siguen las ruinas del antiguo castillo, que fue destruido durante la Guerra de la Independencia para evitar que lo ocuparan las tropas francesas.

Además del edificio del Parador de Soria, hay una zona de juego infantil, una piscina que abre en verano (para menores de 10 años) y una enorme estructura circular de piedra que nos llamó mucho la atención y resultó ser un depósito de agua.

Puedes llegar caminando, en bici o en coche, aunque está algo apartado del centro, y hacer un alto en el Mirador del Sagrado Corazón para ver Soria desde arriba y, una vez en el parque, asomarte sobre el Duero a ver atardecer.

Siguiendo la N-234 dirección Burgos, los montes y praderas que conforman este paraje natural son un lugar perfecto para pasar un buen rato al aire libre.

Camina por alguno de sus senderos señalizados, siéntate en la hierba a ver pastar a los animales o recorre la ruta de las pinturas rupestres que dejaron en la roca los artistas del neolítico.

Y para reponer fuerzas después de cada visita, prueba sus embutidos, los famosos torreznos o déjate tentar por la tarta costrada, los lacitos o las galletas con forma de caballito, por poner algún delicioso ejemplo.

Porque comer en Soria será una experiencia más en tu paso por la ciudad de los poetas.