La leyenda de las Dos Torres
La historia que voy a contarte está relacionada con la construcción de dos de las más hermosas torres mudéjares de España. Y sí, es una historia de amor…
Bueno, más o menos. Porque tratándose de Teruel los finales felices no siempre están garantizados.
Estamos a principios del siglo XIV. Omar y Abdalá, amigos y alarifes (algo así como arquitectos de la época) están a punto de protagonizar una leyenda destinada a perdurar.
Todo comenzó cuando los dos paseaban por las estrechas y bulliciosas calles de la Villa. De pronto, sus ojos se encontraron con una preciosa joven y ambos se enamoraron perdidamente de ella.
Tanto Omar como Abdalá fueron a pedir la mano de la muchacha pero ella fue incapaz de elegir entre sus pretendientes. Entonces su padre tuvo una idea: Zoraida se casaría con quien terminara antes la torre más perfecta y hermosa de todo Teruel.
Los amigos aceptaron el reto y se convirtieron en rivales. Se dice que, en su afán por ganar, establecieron largos turnos de trabajo e incluso colocaron andamios y cañizos para que nadie viera sus obras hasta que estuvieran acabadas.
Y así, día a día, las torres de las iglesias de San Martín y del Salvador empezaron a destacar sobre los tejados del caserío medieval.
Omar fue el más rápido, y cuando la torre de San Martín quedó al descubierto, todos quedaron maravillados por su belleza. Sin embargo, no era perfecta, pues estaba (y sigue estando) ligeramente inclinada. Consciente de su derrota e incapaz de soportar la humillación, Omar subió a lo más alto de la torre y se arrojó al vacío poniendo fin a su vida.
Abdalá terminó la torre del Salvador unos días más tarde y fue declarado vencedor, así que Zoraida y él se casaron.
Ahora tú decides si aquel fue un final feliz para la pareja o si el recuerdo de la trágica muerte de Omar les acompañó siempre en sus paseos por Teruel.
La leyenda de estas dos torres es menos conocida que la de Isabel y Diego, cuyo mausoleo es uno de los símbolos de la ciudad. Sin embargo, su increíble parecido sigue dando mucho que hablar y es complicado decidir cuál es más bonita.
Actualmente la torre del Salvador se puede visitar y alberga el Centro de Interpretación del Arte Mudéjar. Además su interior es muy interesante a nivel arquitectónico, pues no tiene nada que ver con el de San Pedro, y las vistas desde el campanario son estupendas al atardecer.