Cuando la familia crece, la Navidad se convierte en uno de los momentos más especiales del año. La casa se llena de luces y espumillón, el árbol preside el salón con una decoración de lo más ecléctica (por no decir caótica) y el belén se convierte en el juguete estrella.

¿Pero qué pasa cuando nos vamos de viaje esos días tan señalados? ¿Hay que renunciar a los adornos navideños?

Yo creo que no, y este belén hecho con palitos de helado es perfecto para llevarte un trocito de Navidad a cualquier lugar.

Este es el material básico para hacer las figuras del portal de Belén, el ángel, los tres Reyes Magos y la estrella.

Yo no me atreví con la mula y el buey pero, si te animas, sólo necesitarás más palitos de helado y un poco de imaginación.

Coge el lápiz y la goma (por si acaso) y comienza dibujando una figura en cada palito. Sólo tienes que fijarte un poco en los modelos y te quedarán de lo más resultones.

Además puedes añadirles tantos detalles como quieras, todo depende de tus dotes artistísticas. 😉

Si quieres ver cómo queda el trazado antes de pintar, puedes pasarte por este post de Ninomaru, que fue donde encontré el diseño para los reyes.

Cuando hayas dibujado todos los elementos, repasa las líneas con el permanente de punta fina para que se noten mejor los trazos. Te recomiendo que lo pruebes primero en otro palito para asegurarte de que la tinta no se extiende por la madera.

Después viene lo más divertido, así que prepara los rotuladores y las pinturas para que tus peques se conviertan en artistas. Y cuando terminen, saca la purpurina y deja que añadan un poco de brillo navideño.

Seguro que les encanta darle su toque personal a este belén tan original.