«La Ciudad» es la quinta novela de Luis Zueco, nacido en Borja (Zaragoza) en 1979.

Forma parte de su Trilogía Medieval, aunque cada novela nos sitúa en un momento diferente de la Edad Media y las tramas no están relacionadas entre sí, por lo que puedes leerlos de manera independiente.

Sin embargo, «El Castillo», «La Ciudad» y «El Monasterio» tienen un denominador común: Nos trasladan a lugares emblemáticos de Aragón como el impresionante castillo de Loarre, el pueblo medieval de Albarracín y el Monasterio cisterciense de Santa María de Veruela.

Tres rincones mágicos de Huesca, Teruel y Zaragoza que todo el mundo debería conocer, aunque sólo fuera a través de las páginas de un libro.

Las vidas de ilustres personajes históricos y de ficción se entrecruzan tras los muros de Albarracín, una ciudad medieval situada en un enclave estratégico cuyo aspecto debió de ser muy similar al que tiene hoy en día.

Al menos, esa es la sensación que tienes cuando contemplas las fachadas rojizas desde lo alto de la muralla.

«Los cielos estrellados de Albarracín eran especialmente hermosos; el aislamiento de la ciudad hacía que todo fuera diferente allí. En verdad que parecía otro mundo, alejado de las guerras, de las disputas entre reyes y nobles, y hasta del mismo paso del tiempo. Todo era una mentira; aquel pequeño pedazo de tierra estaba en el centro de todo, aquella falsa calma escondía más maquinaciones, traiciones y conspiraciones que las grandes ciudades de Toledo, Sevilla o Zaragoza».

Si has estado en Albarracín, es muy fácil seguir a Lízer en su ronda por las estrechas callejuelas, acompañar a Martín hasta la iglesia de Santa María, imaginar a los soldados rojos caminando hacia el portal de Molina y a Teresa Álvarez de Azagra, su Señora, viéndolos partir desde la alcazaba.

Pero si nunca has sentido que te observan a través de un ventanuco ni has perdido el aliento subiendo hasta la torre del Andador, este libro es el mejor mapa para conocer la ciudad medieval más bonita de España.

«Avanzaron por la calle de San Juan, pasado por debajo de la vieja alcazaba musulmana hasta la torre de Doña Blanca, en uno de los extremos de la ciudad. Después giraron por la de Santa María, para detenerse frente a la catedral».

«Lízer vivía en una estancia cerca del portal de Molina, en una singular casa sin apenas espacio para la escalera en la planta calle, y que iba ensanchándose conforme ascendías a los pisos superiores».

En «La Ciudad», los pasos de una misteriosa mujer llamada Alodia, nos llevan del arrabal al mercado, de la catedral a la torre de Doña Blanca, del barrio musulmán al judío… Y mientras tanto, las muertes se van sucediendo en un ambiente cada vez más opresivo.

Porque nada es lo que parece en esta ciudad, así que no confíes en nadie.